viernes, 10 de diciembre de 2010

Los jóvenes y la motivación



Últimamente estoy reflexionando, con demasiada frecuencia, sobre la pérdida de motivación de los jóvenes que no nos preceden. Es un colectivo mandado por el posicionamiento social por encima de todas las cosas, el don de gentes y las nuevas tecnologías que le hacen la vida más fácil.

Si echamos un vistazo a nuestra manera de comunicarnos, esta, ha cambiado en los últimos años y no deja de evolucionar a una velocidad de vértigo, generando mayor diferencia en los hábitos entre generaciones. La aparición de las redes sociales, las tarifas tan baratas de Internet y el elevado uso de los videojuegos han propiciado en las nuevas generaciones pasar del consumo abusivo de televisión a la conexión permanente a la red.

El futuro ya existe, solo que quien adquiere los nuevos hábitos y está dispuesto a pagar por ciertos servicios que acomodan los quehaceres diarios, lo palpa. Solo hay que dejar pasar los años y veremos como los usuarios más jóvenes mandan sobre que se consume y que no.

Para los menos ilusionados y motivados no acabará bien. Tenemos a nuestro alrededor una sociedad con muchísima trayectoria por delante que debería estar plagada de sueños, de ilusiones, de esperanza y ganas de sentirse ubicada. En algunos, solo encontramos conformismo, ganas de diversión constante, falta de sacrificio y esfuerzo, lo que pronostica pobreza para aquellos a largo plazo:

"Quien de joven no trabaja, de viejo duerme en paja"

Falta sacrificio, lo han tenido demasiado fácil y los padres no han sabido dirigirlos (o ellos no se han dejado) han creído en el paraíso eterno, no han aprendido a sufrir, a implicarse en los problemas familiares. Se han aislado de la familia y los problemas de transcendencia eran los que atañen a los amigos y su estética.

Basta! ¿Que se puede hacer? ¿Cómo encaminar esta sociedad hacia una unidad colaboradora que lucha por un país que está recientemente dañado?

Podríamos exigir unos mínimos, trabajar todos juntos como hormigas. Todos con una idea y un fin común. Cambiar el rumbo de nuestro barco y remar para volver a ver el sol que nos iluminaba años atrás. Yo aun recuerdo su calor, la satisfacción por el trabajo bien hecho y el premio merecido por el esfuerzo realizado.

Os deseo constancia a todos, la que el agua necesita para lograr vencer a la piedra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario